Las interminables batallas de los péndulos

Las interminables batallas de los péndulos, ya sean escándalos familiares o conflictos armados – todas están sucediendo de acuerdo con esta ley. Cuando un enfrentamiento emerge, los acontecimientos se desarrollarán
hasta la agudización del conflicto, no importa lo que suceda, incluyendo los temporales y 'decorativos'tratados de paz.
Donde la ley del péndulo está funcionando, el sentido común no está disponible. Por eso las acciones de la persona individual, así como de países enteros a menudo no encajan dentro del marco del sentido común. En una situación conflictiva, las motivaciones humanas están bajo el control del péndulo.

La polarización disloca la imagen energética

La polarización disloca la imagen energética y da nacimiento al viento de las fuerzas equilibrantes, como consecuencia de lo cual la realidad es reflejada inadecuadamente, como si fuera por un espejo quebrado. Uno no entiende que esto ocurre porque él distorsiona el equilibrio, y trata de luchar con el mundo circundante en lugar de eliminar la polarización.

Y todo lo que tienes que hacer es seguir simplemente la regla básica del Transurfing: permitirte ser tú mismo, y permitir a los demás ser ellos mismos. Debes dejar ir al mundo, soltar tu agarre.
Cuanto más te pegas a tus deseos y a tus pretensiones, más poderoso es el imán que atrae todo lo opuesto. Lo que literalmente sucede es que has tomado al mundo por el cuello y el mundo se resiste, tratando de liberarse.

Empujarle e insistir, no tiene sentido – la situación sólo empeorará. En vez de eso tienes que cambiar
conscientemente tu actitud hacia la situación de acuerdo con la regla del Transurfing.

Por si misma la existencia de la “ley de la traición” es demasiado rara, ¿no crees? ¿Por qué, por qué razón el
mundo se comporta tan asquerosamente? ¿O esas son todas fabricaciones y prejuicios? No, efectivamente
una cierta tendencia existe, y tú no puedes escapar de ese hecho. Afortunadamente el modelo del Transurfing no sólo revela la causa de esa ley, sino que también explica cómo evitarla.

La regla del Transurfing funciona infaliblemente, rescatando a aquellos que la siguen de un cúmulo de
problemas que tienen un origen desconocido. Una vez sueltas tu agarre y dejas de “tomar al mundo por el
cuello”, el mundo inmediatamente empieza a comportarse amistosa y obedientemente.

Y el que no “deje ir” al mundo atraerá todo lo negativo como un imán. Pero la ley de la mala suerte no es
todo. Una vez que los opuestos se encuentran, su choque se esfuerza por conflictos posteriores.
Ya explicamos la razón de la omnipresente unidad de los opuestos: haciéndolos chocar las fuerzas
equilibrantes restauran el equilibrio. ¿Y por qué están las partes opuestas constantemente luchando?
A primera vista, debería ser al contrario: enfrentarse, extinguirse una a otra y asentarse... Pero no, los
opuestos “se molestarán” uno a otro, hasta que empiecen a “luchar”, y si nadie los separa esto continuará
para siempre.

Hay amplios ejemplos. Tú mismo puedes confirmar que el mundo con bastante frecuencia te molesta. Por
supuesto es diferente para cada uno y en un grado diferente. Pero en general la esencia es: si en el momento
presente algo puede ponerte fuera de equilibrio, sucederá como si fuera deliberadamente.
Sucede lo siguiente: si eres molestado por algo, tus nervios se tensan, al menos hasta cierto punto. Como si
en relación a eso, una araña aparece y empieza a saltar y a trepar, tensando así tus nervios aún más. Tú estás
agobiado y la araña sigue saltando más y más.

Hay muchas maneras de aumentar la tensión. Supongamos que estás apresurado para llegar a alguna parte y
tienes miedo de que podrías llegar tarde. La araña aplaude y luego frotándose las manos exclama: “¡listo,
listo nuestro equipo!” Desde ese momento todo funciona en tu contra. La gente se pondrá en tu camino y
caminará más lento y tú no serás capaz de adelantarlos. Tienes que salir por la puerta lo más pronto posible,
y frente a ella hay toda una gran fila de gente indolente que apenas anda. Eso sucede con los coches en la
calle. Como si todo el mundo hubiera conspirado contra ti.
Por supuesto algo de eso sucede debido a las percepciones: cuando tú tienes prisa parece que todo el mundo va más lento. Pero hay señales obvias: el ascensor o el coche se avería; el autobús llega tarde; terminas en un atasco de tráfico – ahora hay claramente alguna objetividad malintencionada.

También podríamos dar otros ejemplos. Si estás preocupado o tenso por algo, la gente a tu alrededor hará
justamente eso, lo que te molesta y en el momento exacto que quieres que te dejen en paz.
Los chicos te molestan, a pesar de que se comportaban hace un minuto. Alguien empieza a masticar y a
tragar ruidosamente. Te vienen obstáculos de todas partes. Si esperas a alguien sin ninguna paciencia, la
persona llega tarde. Si no quieres ver a nadie, alguien vendrá inmediatamente. Y así sucesivamente.
Y este empuje externo se hace más intenso cuanta más tensión acumulas. Cuanto más fuerte es, más
activamente los demás te fastidian. Pero hay algo interesante: no se comportan de ese modo deliberadamente.

Ni siquiera piensan en ello, que están molestando a alguien. ¿Cuál es la razón para tal comportamiento?
En la psicología del inconsciente hay muchos puntos en blanco. Por raro que sea, en la mayoría de los casos
la gente es llevada por motivos inconscientes. Pero lo sorprendente no consiste en eso, sino en la fuerza
motriz que está formando los motivos inconscientes, y la cual no está dentro de la psique humana sino fuera
de ella.
Esa fuerza consiste en las invisibles pero reales entidades informacionales energéticas creadas por la energía
mental de los seres vivos – los péndulos. Los péndulos siempre aparecen donde pueden alimentarse de la
energía de los conflictos.
No deberíamos suponer que estas entidades son capaces de tramar algo y realizar un intento consciente. Igual que los piojos, los péndulos pueden sentir la polarización como una no homogeneidad del campo energético y se esfuerzan por adherirse ahí. Pero eso no es lo alarmante.

Lo terrible es que no simplemente absorben la energía del conflicto, sino que de algún modo hacen que la
gente se comporte de tal modo como para dar más energía. Los péndulos hacen eso, así que tienen una
abundancia de energía. Tiran de la gente con cuerdas invisibles y la gente obedece como marionetas.
Para ellos la clara conciencia humana es inaccesible, pero eso no es necesario – todo lo que requieren es el
subconsciente. Habitualmente toda la gente está dormida en la vida real. Uno hace un montón de cosas
automáticamente, sin pensar.
El nivel de consciencia es especialmente bajo cuando una persona está en casa o en una multitud. En un
entorno doméstico, la necesidad de un autocontrol aumentado no es alta, por eso uno se relaja y casi dormita.
En un círculo externo pero estrecho de conversación, al contrario, la consciencia es la más activa y está
ocupada con el autocontrol.
Mientras en una gran reunión pública, las acciones de la persona otra vez se hacen espontáneas, y también
caen en una fuerte correlación con el impulso general de la masa. A fin de demostrar el funcionamiento del
péndulo, tomemos el ejemplo más sencillo – un transeúnte que tú quieres adelantar.
Cuando tú decides ir por la izquierda, él hace un movimiento espontáneo hacia la izquierda, como si
deliberadamente se pusiera en tu camino. Tú tratas de ir hacia la derecha, y él inconscientemente va en la
misma dirección.
¿Qué hace que el transeúnte cambie de dirección?

Él no te ve, ni se preocupa de que tú quieres adelantarlo. ¿Quizás de algún modo siente con su espalda que te estás acercando e instintivamente no quiere dejar que su “competidor” siga adelante? A primera vista esta es la explicación y sin embargo no es así. Si estamos hablando de instintos, en la naturaleza la rivalidad siempre ocurre cuando las partes opuestas se enfrentan una a la otra. El péndulo – eso es lo que hace al transeúnte cambiar de dirección.
Una persona anda sin pensar dónde pisa, de modo que pueda moverse hacia delante. En esa relación uno está dormido, por eso la línea de los pasos de uno de vez en cuando cambia a un lado o al otro. La motivación, es decir la elección de la dirección, está situada en el subconsciente que en este momento no está controlado... y está potencialmente abierto al péndulo.
Tú apareces y tratas de adelantarlo. De hecho eso es un conflicto, aunque sea menor. A fin de aumentarlo, el
péndulo hace que el transeúnte haga un cambio inconsciente a fin de ponerse en el camino y agudizar la
situación.
Al mismo tiempo, él no hace eso a propósito, porque no tiene un intento consciente. Y de nuevo,
inconscientemente, las fuerzas equilibrantes hacen su trabajo. Una vez más resaltamos esto: se trata de
procesos cuyo mecanismo normalmente no está claro, y no hablamos de comportamiento consciente.
Sólo estamos marcando las distintas manifestaciones y leyes de la naturaleza del mundo informacional
energético. No tiene objeto discutir cómo el péndulo funciona en una situación dada, de dónde viene, o cómo se las arregla para hacer eso y lo que realmente está ocurriendo ahí, a un nivel energético.
Lo único que importa es una conclusión básica: si las fuerzas equilibrantes enfrentan a los opuestos, los
péndulos hacen todo para aumentar la energía del conflicto que ha surgido.
Esa es la ley del péndulo.

La capa del mundo


 La capa del mundo está caracterizada por ciertas condiciones y circunstancias, de las cuales se crea el modo de vida de la persona concreta. Las condiciones vitales son diferentes – cómodas o crueles, favorables o agresivas. Por supuesto, el entorno en que una persona ha nacido juega un importante papel.

Pero después la vida en la mayoría de los casos va dependiendo de la actitud de esa persona hacia si misma y el entorno circundante. La visión del mundo de la gente en una gran medida define los posteriores cambios en su modo de vida. Ese sector del espacio de variaciones es materializado, los escenarios y decorados del cual, corresponden a la dirección y naturaleza de la emisión mental.

Y así, dos factores participan en la formación de una capa dada: en un lado del espejo – la intención interna,
y en el otro – la externa. Con sus acciones directas, la gente puede influir en los objetos del mundo material,
y con sus pensamientos pueden realizar todo lo que aún no existe ahí.

Si una persona está convencida de que todo lo bueno en este mundo está ya vendido, entonces esa persona
encontrará estanterías vacías solamente. Si la persona piensa que para los buenos artículos, tiene que esperar en una larga fila y pagar precios caros, entonces será así. Si sus expectativas son pesimistas y llenas de dudas, se realizarán seguro. Si piensa que encontrará un círculo hostil de gente, sus sensaciones se harán
realidad.

Pero si tiene el inocente pensamiento de que el mundo ha reservado para él todo lo mejor, lo cual,
inexplicablemente, se verificará. Así es como la gente forma la capa de su mundo con sus pensamientos.
Pero en la mayoría de los casos ellos no entienden cómo esto sucede.

La gente se esfuerza para que “todo suceda como ellos quieren”. Tratan de aplicar su simple principio al
mundo: en cualquier dirección que gire, ahí iré; si empujo algo fuerte en un lugar específico, ahí se doblará.
Pero quién sabe por qué, el mundo rehúsa someterse. Algo más: una persona gira hacia un lado, pero el
mundo lleva a esa persona a otro. Uno debería pensar: si realmente se comporta tan inadecuadamente,
entonces se necesita un abordaje diferente. ¿Quizás la realidad se somete a otras leyes? Pero una persona no quiere detenerse, mirar alrededor, y continúa obstinadamente actuando a su manera.

Después de tal “trabajo”, uno obtiene una capa del mundo donde “todo es como yo no quería que fuese”. Al contrario, suceden un montón de cosas “de la manera que yo no quería que fuesen”. Una rara, extraña,
contraria realidad.
A menudo tenemos la sensación como si el mundo deliberadamente se metiera con nosotros. Como si alguna fuerza inexplicable atrajera problema hacia nosotros. Nuestros temores se realizan, nuestras peores
expectativas suceden en la realidad por la que siempre estamos obsesionados, la cual odiamos y tratamos de
evitar.
¿Por qué sucede así?

Desde la teoría del Transurfing es sabido por qué nos sucede “obtener lo que no queremos”, especialmente si esa aversión es apenas contenible. ¿Tienes miedo u odias algo con todo tu corazón? Entonces la intención
externa te dará exactamente eso en exceso.

La energía mental, nacida de la unión de la mente y el alma, convierte la posibilidad en realidad. En otras
palabras, el sector del espacio de variaciones, cuyos parámetros corresponden a la emisión mental, se
materializa, si los sentimientos de tu alma están en unión con los pensamientos de la mente.

Pero esa no es la única razón para la realización de las peores expectativas. Generalmente, una vida sin
problemas es normal. Todo transcurre bien y suavemente, si tú navegas a través de la corriente de escenarios, sin romper el equilibrio. A la naturaleza no le gusta gastar energía y no se esfuerza en crear intrigas.

Las circunstancias y los acontecimientos indeseados ocurren porque los potenciales innecesarios importan
distorsiones en la imagen energética circundante, y las actitudes de dependencia hacen los problemas más
profundos.

Los potenciales innecesarios emergen cuando se atribuye demasiada importancia a algunas cualidades. Las
relaciones de dependencia entre la gente se crean cuando ellos se comparan con los demás, se enfrentan unos a otros y ponen condiciones del tipo: “si tú haces esto, entonces yo haré...”

El potencial innecesario no es alarmante mientras la valoración distorsionada exista por si misma, sin
relación con nada más. Pero cuando la valoración artificialmente inflada de un objeto se coloca en
comparación con otro objeto, ocurre la polarización, lo que da nacimiento al viento de las fuerzas
equilibrantes. Ellas se esfuerzan por eliminar la polarización surgida y en la mayoría de los casos su acción
es dirigida contra el creador de la distorsión.
He aquí unos cuantos ejemplos de potenciales sin una relación: yo te amo; yo me amo a mi mismo; yo te
odio; yo me siento disgustado conmigo mismo; yo soy bueno; tú eres malo. Tales valoraciones no están
basadas en contradicciones.
He aquí ejemplos de potenciales surgidos de relaciones de dependencia: yo te amo si tú me amas; yo me amo a mi mismo porque estoy por encima de ti; tú eres malo porque yo soy mejor; yo no me gusto a mi mismo porque soy el peor de todos; tú eres detestable porque no eres como yo.

La diferencia entre el primer grupo y el segundo es muy significativa. Las valoraciones basadas en la
comparación llevan a la polarización. Las fuerzas equilibrantes eliminan esta no uniformidad haciendo
chocar a los opuestos. Del mismo modo que los lados opuestos de un imán se atraen uno al otro.
Por eso es por lo que los problemas entran en nuestras vidas tan insistentemente y como a propósito. Por
ejemplo, las parejas casadas aparentemente consisten en dos personalidades incompatibles, como si
estuvieran hechas para castigarse uno al otro. En diferentes equipos, habrá siempre al menos una persona que te molestará. Las leyes de Murphy son de la misma naturaleza.


La mente humana ordinaria

La mente humana ordinaria infructuosamente trata de impactar el reflejo en el espejo, cuando realmente la imagen misma es lo que debería cambiarse. La imagen es la dirección y el concepto del pensamiento humano.
A fin de convertir tus deseos en realidad, necesitas más que simplemente deseo. La imagen de un lado del espejo debería emparejarse con ciertos parámetros del sector correspondiente del espacio de variaciones en el otro lado. Pero eso tampoco es suficiente. Deberíamos saber cómo usar el espejo, y esto no es simple y es demasiado raro.

Imagínate la siguiente situación inusual. Estás frente al espejo y ahí no hay nada: vacío. Después de un tiempo, un reflejo empieza a aparecer – como el revelado de una fotografía. Entonces tú empiezas a sonreír, pero en el reflejo aún ves la misma cara seria.

El espejo del espacio de variaciones funciona de la misma manera. Sólo que el retraso ahí es considerablemente mayor, por cuya razón los cambios no se pueden percibir. La realización material es inerte, pero si ciertas condiciones se dan, el reflejo se formará, significando que el sueño puede hacerse real.

Tu imagen frente al espejo es un objeto físico existente. Y tu reflejo, que es de sustancia no material, es
presuntamente metafísico, pero al mismo tiempo igual de real que la imagen misma. A diferencia del espejo
habitual, el mundo material se manifiesta como un reflejo, las imágenes del cual son la intención y los
pensamientos de Dios, así como de todos los seres vivos: Sus manifestaciones.

El espacio de variaciones es una especie de matriz, una plantilla, utilizada para el 'patronaje', 'cosido' y
'presentación de los modelos' – el movimiento de toda la materia. La información, sobre qué y cómo las
cosas deberían ocurrir en el mundo material, está almacenada ahí. Cada escenario es un sector del espacio,
conteniendo los guiones y decorados, la trayectoria y la forma de la materia. En otras palabras, los sectores
definen lo que debe suceder en cada escenario y cómo debe parecer.

Así, el espejo divide el mundo en dos mitades – válida y presunta. Todo lo que tiene una forma material está
dentro de la mitad real y se comporta de acuerdo con las leyes de las ciencias naturales.

La ciencia y el punto de vista habitual están tratando sólo con lo que sucede “en la realidad”. Por realidad
asumimos todo lo que puede ser observado y afectado directamente … si rechazamos el lado metafísico de la realidad y sólo consideramos el mundo material, las acciones de todos los seres vivos, incluyendo a los seres humanos, serán reducidas a un movimiento primitivo dentro del marco de la intención interna. Con su ayuda se alcanza la meta a través de la influencia directa sobre el mundo circundante.

A fin de conseguir algo, necesitas dar ciertos pasos, empujar hacia delante, emplear los codos, hablando en
general – hacer un trabajo concreto. La realidad material reacciona inmediatamente a la influencia directa, lo
cual crea la ilusión de que esta es la única manera en que puedes obtener algún resultado. Sin embargo,
dentro del marco del mundo material, el círculo de las metas realistamente conseguibles es
significativamente reducido. Tienes que confiar sólo en lo que está disponible. Todo se reduce a medios y
posibilidades, que son habitualmente bastante limitados.

En este mundo absolutamente todo está penetrado por el espíritu de rivalidad. Demasiada gente quiere
conseguir las mismas cosas. Y dentro de los marcos del intento interno, por supuesto no habría suficiente
para todo el mundo. Al mismo tiempo, ¿de dónde van a venir las condiciones y circunstancias a fin de
alcanzar la meta? Sólo pueden venir del espacio de variaciones.

Al otro lado del espejo, todo existe en exceso y sin ninguna competencia. No hay artículos, sino que lo
extraordinario es que puedes elegir cualquier artículo como si eligieras de un catálogo, y ordenarlo. Más
pronto o más tarde será entregado y no tendrás que pagar por él – todo lo que tienes que hacer es cumplir
ciertas, no demasiado complicadas, condiciones y eso es todo. ¿No suena eso como un cuento de hadas?
En absoluto... El poder mental no desaparece sin rastro – es capaz de materializar ese sector del espacio de
variaciones que tiene parámetros conformes a la emisión mental.

Sólo nos parece que todas las cosas existentes en nuestro mundo son resultado de la interacción de objetos
materiales. Aquí, los procesos a un nivel fino juegan un papel significativo, cuando los escenarios
virtualmente existentes se manifiestan en la realidad. Los vínculos de causa-efecto de los procesos finos no
son siempre evidentes y a pesar del hecho de que ellos forman al menos la mitad de nuestra propia realidad.
Habitualmente la materialización de los sectores del espacio de variaciones sucede independientemente de
nuestra voluntad, porque la gente no enfoca su energía mental, mucho menos las criaturas menos
desarrolladas.

La gente ha aterrizado en la “vida real” y caminan por un almacén con estanterías vacías, alcanzando
artículos que tienen la etiqueta “vendido”. Hay sólo existencias de baja calidad, pero incluso para ellos
necesitas pagar un alto precio. Y en vez de simplemente mirar el catálogo y ordenar, la gente salta a una
búsqueda caótica, espera en filas interminables, con todo esfuerzo tratan de trepar a través de la multitud y
pelear tanto con clientes como con vendedores. A pesar de eso, los objetos de deseo aún no caen en manos de uno y los problemas siguen aumentando.
Tan trágica realidad al principio nace en la conciencia y gradualmente se materializa y trasciende a la
realidad. Cada criatura viva, con sus acciones directas por un lado y sus pensamientos por otro lado, crea la
capa de su propio mundo. Todas las capas se amontonan una sobre otra, y así cada ser vivo hace su
contribución a la formación de la realidad.

La mente no es capaz de crear nada que sea principalmente nuevo.

La mente no es capaz de crear nada que sea principalmente nuevo. La mente sólo puede construir una nueva versión de una casa usando bloques antiguos. Todo el material para los descubrimientos científicos y las obras maestras de arte es proporcionado a la mente desde dentro del espacio de variaciones, con la ayuda del alma. Y de nuevo la clarividencia y el conocimiento intuitivo vienen de ahí.
Einstein escribió que: “los descubrimientos en ciencia no se hacen a través del camino de la lógica; poco después, en el proceso de su representación, se visten de una forma lógica. Incluso el más pequeño
descubrimiento es siempre una revelación. El resultado viene de fuera y es completamente inesperado, como
si alguien te lo indicara.”

El espacio de variaciones no se debería mezclar con el famoso concepto del campo de información común,
en el que los datos pueden transmitirse de un objeto a otro. El espacio de variaciones es una matriz
estacionaria, una estructura, que define todo lo que podría suceder en nuestro mundo.
Y así, si mantenemos la existencia simultánea de los dos lados de la realidad – uno físico y otro metafísico, el
cuadro del mundo se hace más claro. Cuando estos dos aspectos de la realidad se tocan uno a otro en la
superficie del espejo, ocurren fenómenos que son relacionados con lo paranormal o con acontecimientos aún
no explicados.

Un ejemplo ilustrativo de tal contacto de los dos lados de la realidad es la dualidad onda-partícula cuando un objeto microscópico se comporta tanto como una onda y como una partícula. Sin embargo nosotros, los seres vivos, combinando ambas características material y espiritual, representamos el ejemplo más sorprendente.

En un sentido, vivimos en la superficie de un gigantesco espejo dual, en un lado del cual está situado nuestro
universo material y en el otro está situado el negro infinito del espacio de variaciones.
Puesto que estamos situados en una posición tan única, seríamos al menos miopes para vivir dentro de las
estructuras del punto de vista común del mundo y usar sólo un lado de la realidad: el físico.

La fuerza mental de una persona, bajo unas circunstancias dadas, es capaz de materializar uno u otro sector
del espacio de variaciones. Mientras esté en el estado, que el Transurfing llama unión de mente y alma, se
crea un increíble poder mágico: la intención externa.

Todo a lo que tradicionalmente nos referimos como magia, tiene una relación directa con la intención
externa. Con la ayuda de ese gran poder, los antiguos magos construyeron las pirámides de Egipto y crearon
otras maravillas similares.
La llamamos intención externa porque está localizada fuera de la persona y así no está bajo el control de la
mente. Es verdad que en cierto estado de conciencia uno puede obtener acceso a ella. Cuando sometamos esa poderosa fuerza a nuestra voluntad, seremos capaces de hacer cosas sorprendentes.

La gente moderna sin embargo ha perdido hace mucho sus capacidades, mientras los habitantes de
civilizaciones antiguas como la Atlántida solían ejercerlas. Partes del antiguo Conocimiento nos ha llegado
hasta hoy en forma de enseñanzas y prácticas esotéricas, inconexas unas con otras. Es demasiado difícil usar
esas enseñanzas en la vida diaria.

A pesar de la difícil realización práctica, el secreto para dominar el intento externo descansa en la superficie.
La clave para revelarlo, descansa en el fenómeno que se conoce como sueño lúcido.
Durante el sueño habitual, los acontecimientos suceden independientemente de la voluntad de la mente.
Hasta que los soñadores no se dan cuenta de que están dormidos, ellos no son capaces de controlar lo que
está sucediendo en el sueño. Uno está completamente en poder del sueño inconsciente: “simplemente le
sucede.”
Pero una vez que uno se da cuenta de que esto es un sueño, increíbles capacidades se descubren. En un sueño consciente cualquier cosa se puede conseguir: tú puedes controlar los acontecimientos con el poder de tus intenciones y puedes hacer cosas inusuales como volar.
La capacidad de controlar los sueños aparece cuando en tu sueño te das cuenta de la realidad. En ese paso de conciencia uno tiene un punto de apoyo: la realidad a la que uno puede regresar después de despertar. La realidad, a su vez, también parece un sueño inconsciente – uno está en poder de las circunstancias y la vida simplemente le “sucede”. La gente no recuerda sus vidas pasadas y no tiene punto de apoyo para usarlo para subir al siguiente nivel de conciencia.

A pesar de todo lo anterior, la situación no es desesperada. En el Transurfing hay otro camino, que te permite hacer que la intención externa te sirva. La gente es capaz de formar su realidad. Pero para hacer eso, tiene que seguir ciertas reglas.

El mundo es extraño

Desde el comienzo del tiempo, la gente ha estado notando que el mundo se comporta de un modo dual. Por un lado, todo lo que ocurre a nivel material es más o menos entendible y explicable en términos de las leyes de las ciencias naturales. Pero por otro lado, cuando se enfrentan con fenómenos pertenecientes al nivel sutil, esas leyes dejan de ser efectivas. ¿Por qué no podemos lograr unir las diversas manifestaciones de la realidad en un solo sistema de conocimiento?

El resultado es un extraño cuadro: como si el mundo jugara al escondite con el hombre y no estuviera dispuesto a revelar su verdadera naturaleza. Los científicos difícilmente consiguen formular una ley que explique un fenómeno dado y otro fenómeno aparece, y no encaja dentro de la explicación de la ley anterior.
Y esta persecución de la verdad, escurridiza como una sombra, continúa por siempre.

Pero hay algo interesante: el mundo no simplemente oculta su cara real – fácilmente acepta la apariencia que
la gente le atribuye …, y esto sucede en todos los campos de las ciencias naturales. Por ejemplo, si vamos a
representar un objeto dado del mundo microscópico como una partícula, tienen que llevarse a cabo
experimentos a fin de demostrar esto. Pero en caso de que supongamos que éste no es una partícula, sino una onda electromagnética, el mundo no objetaría y fácilmente se manifestaría fácilmente.

El resultado sería el mismo si preguntáramos sobre la materia de la que está hecho: ¿es una materia densa?
Responderá: Sí. ¿Y quizás está hecho de energía? La respuesta es de nuevo afirmativa.
Como es sabido, un proceso continuo de nacimiento y desaparición de partículas microscópicas tiene lugar
en el vacío: la energía se convierte en materia y viceversa. No vale la pena ni siquiera preguntar al mundo
qué es lo primario, la materia o la conciencia. De nuevo cambiará de máscara de una manera astuta y nos
mostrará exactamente el lado que nos gustaría ver. Representantes de las diversas doctrinas discuten
demostrando puntos de vista contradictorios, pero la realidad hace su juicio imparcial: efectivamente todos
ellos está en lo cierto.

Resulta que no sólo el mundo es escurridizo, sino que también es maleable y, en otras palabras, se comporta
como un espejo. Todos los conceptos de la realidad son literalmente reflejados por el mundo, cualquiera que puedan ser.

¿Pero son todos los intentos de explicar la realidad en vano, puesto que el mundo siempre estará de acuerdo
con lo que pensamos sobre él y al mismo tiempo siempre evitará una respuesta directa?

De hecho, las cosas son muchos más simples. No es necesario buscar la verdad absoluta en las diferentes
manifestaciones de la realidad diversa. Todo lo que necesitas hacer es aceptar el hecho de que, igual que un
espejo, la realidad tiene dos lados: físico, que se puede tocar con la mano, y metafísico, que está más allá de
las fronteras de la percepción, pero que es igual de preciso. Hoy la ciencia explora lo que es reflejado en el
espejo y el esoterismo trata de mirar al otro lado del espejo.

De eso es de lo que trata toda su discusión. Sin embargo, ¿qué hay ahí, al otro lado del espejo?
Como enseñanza esotérica, el Transurfing proporciona una posible respuesta a esta pregunta. Al otro lado del espejo está el espacio de variaciones: una estructura de información, en la cual los escenarios de todos los acontecimientos posibles están almacenados.

El número de variantes es interminable, como el número infinito de posiciones de un punto en la red de
coordenadas. Ahí, todo lo que fue, lo que es y lo que será, está almacenado.

Esto significa que el acceso al espacio de variaciones abre oportunidades para la clarividencia. El único
problema es que existe un interminable número de variaciones, así que acontecimientos que nunca
sucederán, también pueden ser vistos. Por eso es por lo que los clarividentes frecuentemente cometen
errores en sus predicciones; puesto que ellos podrían ver lo que nunca sucedió o nunca sucedería.

Así que puedes relajarte respecto a eso, tu futuro no puede ser conocido por nadie, porque nadie puede
predecir qué variación efectivamente sucederá. Igualmente, no hay garantía de que mientras sueñas tú veas
exactamente el sector en el espacio de variaciones que va a convertirse en realidad.

Y esto es simplemente magnífico: como tu futuro no está predeterminado, esto significa que hay siempre
esperanza para algo mejor. La meta del Tansurfing no es recordar el pasado con pesar y esperar el mañana
con miedo, sino formar conscientemente tu realidad. Al principio, eso es difícil de creer. ¿Dónde está
localizado el espacio de variaciones? ¿Es tal cosa incluso posible?

Desde el punto de vista de nuestra percepción tridimensional, está localizado en todas partes y al mismo
tiempo en ninguna. Podría estar más allá de las fronteras del universo visible, o podría estar localizado dentro
de tu taza de café. En cualquier caso, no está en la tercera dimensión.

La paradoja es que todos nosotros vamos ahí cada noche. Los sueños no son una ilusión en absoluto. La
gente despreocupadamente los cataloga como fantasías, sin sospechar que reflejan acontecimientos reales
que podrían suceder en el pasado o en futuro.

Es sabido que mientras se sueña uno puede presenciar imágenes que parecen pertenecer a un mundo aparte
del nuestro. Y es absolutamente claro que tal cosa no se ve en ninguna parte. Si el sueño es alguna clase de
imitación de la realidad, generada por nuestro cerebro, ¿entonces de dónde vienen todas estas imágenes e
historias inimaginables?

Si asumimos que todo lo consciente en la psique humana pertenece a la mente, y lo subconsciente, al alma,
se puede establecer que el sueño es el vuelo del alma en el espacio de variaciones. La mente no inventa los
sueños: la mente realmente los ve.

El alma tiene acceso directo al campo de información, donde todos los “escenarios y decorados” pueden
encontrarse estacionarios, como fotogramas de un rollo de película. El fenómeno del tiempo se manifiesta
sólo cuando el “rollo de película” se está moviendo. La mente es un observador y “generador de ideas”.

La memoria también está directamente relacionada con el espacio de variaciones. Está ya demostrado que el
cerebro no es físicamente capaz de almacenar toda la información que uno acumula a través de toda su vida.
¿Entonces cómo se las arregla para recordarla? La respuesta es que el cerebro no almacena la información
misma, sino algo similar a direcciones que apuntan a los datos en el espacio de variaciones. La gente no
recuerda nada de sus vidas pasadas porque cuando el cuerpo físico muere, las direcciones son destruidas.
Pero bajo ciertas condiciones pueden ser recuperadas.

Liberación



La determinación está formada por la energía libre de la Intención. 


Hay dos cosas que te impiden permitirte tener, la primera son los desacuerdos entre tu alma y la mente. La segunda, los potenciales excesivos de la importancia interior y exterior, que ocupan la energía libre. Sería un error suponer que la determinación de tener sólo es unos pensamientos corrientes, tipo «quiero y seré». En realidad, tales pensamientos
deben estar llenos de energía de la intención, porque si no, sería un ordinario barboteo de la mente y nada más. Los pensamientos, desde luego, deben proceder de la unidad entre el alma y la mente. En caso contrario, la modulación de energía de la intención no será pura. Si la mayor parte de la energía libre está ocupada por potenciales excesivos, la intención no tendrá potencia alguna.

La dificultad para obtener la determinación se parece a las dudas que tienes al montar en bicicleta por primera vez. Sabes que en general es posible, pero también sabes que al principio no te saldrá bien. Dudas de tu capacidad y, al mismo tiempo, estás lleno de deseo de aprender a montar. Tu mente procura someter el aprendizaje bajo control, pero no entiende cómo debe actuar. Se crean tres potenciales excesivos a la vez -la duda, el deseo y el control- que quitan energía de la intención.

La mente intenta mantener el equilibrio de una manera u otra, pero nada le resulta.
No hay unidad del alma y la mente ni energía libre. Pero en un momento dado, el control de la mente se afloja y entonces surge la unidad del alma y la mente en la que hay que mantener el equilibrio. Como resultado todo sale bien. La mente nunca llega a comprender cómo lo has hecho. Pero ¡ése es el cuento! La mente siempre piensa en los medios, o sea, en cómo se debe actuar. Establece el control y prueba diferentes opciones. El alma no piensa: simplemente está incondicionalmente lista para tener. La mente también está preparada para tener, pero con una condición: que sea algo comprensible y racional. Los desacuerdos entre alma y mente consisten sólo en que la mente duda de que el objetivo sea objetivamente realizable. En cuanto se afloje el agarre del control, las condiciones restrictivas de la mente desaparecen y entonces surge la unidad del alma y la mente.

La mente, sorprendida, se pone ante el hecho de que su control no es necesario.
Todo sucede por sí solo. Por lo demás, para ella es más que suficiente la existencia de tal hecho, incluso si no llega a comprender con toda claridad de qué se trata. El equilibrio simplemente se mantiene y ya está, de modo que la mente debe conformarse con eso.
Ya no va a imponer su control, puesto que ha quedado convencida de que no es necesario. Después de practicar un poco, desaparece el resto de los potenciales excesivos, la energía de la intención se libera y montar en bicicleta pasa de ser un problema a ser un placer.

De ese modo, para obtener la determinación de tener es necesario llegar a la unidaddel alma y la mente y liberar la energía de la intención de los potenciales excesivos.

La unidad del alma y la mente se consigue por el camino hacia tu objetivo a través de la puerta necesaria. Sólo queda fijar tus verdaderas aspiraciones y ponerte en ese camino. Al quitarte de encima la inútil carga de la importancia interior y exterior, liberas la energía de la intención, la fuerza motriz del desplazamiento en el espacio de las variantes. En cambio, al conservar la importancia interior y exterior, gastas un 99 por 100 de energía en mantener los potenciales excesivos.

 ¿Cómo puede haber alguna energía libre, si toda la que hay está utilizada por los potenciales?

Para quitar la importancia, es necesario actuar de forma consciente y entender a qué estás dando un significado excesivamente importante y cuáles son las consecuencias. Por desgracia, no siempre se logra renunciar conscientemente a la importancia a nivel mental. En tal caso sólo queda una cosa por hacer: actuar. 

La energía del potencial excesivo se disipa en la acción. Proyecta en la mente la diapositiva del objetivo, practica la visualización del proceso y mueve tranquilamente los pies en dirección a tu objetivo: ésa será tu acción.

Cómo no tener miedo. Encontrar alguna medida de seguridad. El potencial excesivo más difícil de superar es el miedo. No serás capaz de obligarte a no tener miedo. Si algo para ti tiene un significado excesivamente importante, al que no puedes renunciar, como por ejemplo, tu vida, tu carrera, tu casa; y si esos valores corren algún riesgo, entonces el único modo de quitar el potencial es encontrar alguna cubierta, una salida de emergencia, un camino de rodeo.

Cómo no preocuparse y no alarmarse. Actuar. Los potenciales del desasosiego y la preocupación se disipan en la acción. Una preocupación inactiva estará en el aire hasta que no empieces a actuar enérgicamente. El tipo de actividad puede incluso no tener nada que ver con el objeto de la preocupación. Basta con que empieces a hacer algo para que, de inmediato, sientas que tu preocupación disminuye.

Cómo no desear. Resignarse a la posible derrota y actuar. Ese potencial también es difícil de eliminar, puesto que apenas es posible renunciar por completo al deseo de conseguir el objetivo. Sin embargo, si te resignas de antemano a la derrota y encuentras un desvío, entonces el potencial del deseo se equilibrará. En cualquier caso, un deseo se puede trasformar en acción. Como ya sabes, el deseo es lo que precede a la intención. Cuando el deseo se trasforma en intención de actuar, se disipa la energía del potencial. La energía del deseo se consume en formar la intención.

Cómo no esperar. Actuar. Este potencial se disipa en la acción por determinación.
Disuelve el deseo y la espera en acción.
Cómo renunciar a la significación propia. Si has comprendido todo correctamente, esa pregunta debe dejarte perplejo. Por supuesto, el el Transurfing no te sugiere resignarte a tu insignificancia, sino aceptar tu significación, como un axioma. La única dificultad es que tu mente sentirá su significación sólo al recibir el trato correspondiente de la gente de tu alrededor. Teniéndolo en cuenta, el secreto del aumento de la significación propia es tan simple como eficaz. Sólo es necesario renunciar a las acciones dirigidas a aumentar tu propia significación.

Obsérvate: ¿qué es lo que haces a la hora de defender tu significación? Exiges atención, respeto, demuestras que tienes razón, te ofendes, te defiendes, te justificas, entras en discusiones, revelas arrogancia, menosprecio, luchas por ser el primero, restas importancia a la dignidad ajena, resaltas las imperfecciones ajenas, muestras tus méritos, etc...etc.
Si poco a poco reduces a nada todos esos intentos de aumentar tu significación, los que te rodean lo percibirán inconscientemente. Como no defiendes tu significación, quiere decir que ya la tienes en un nivel alto. La gente te tratará de otra manera. Al sentir que te tratan con más respeto, tu mente, por sí sola, reconocerá la propia significación. Si tú mismo reconoces tu alta significación, los que te rodean se pondrán de acuerdo contigo enseguida; eso es absolutamente cierto. De esta manera obtienes aquello a lo que has renunciado.

Cómo no irritarse. Jugar con el péndulo, rompiendo las reglas de su juego. Es el único modo posible de extirpar la costumbre de reaccionar negativamente a una noticia desagradable. Cómo se hace, lo sabes ya. Sólo tienes que recordar a tiempo que es un juego y romper con alegría sus reglas, es decir, reaccionar de modo inadecuado.
Ante una noticia o circunstancia agradables, tu reacción ha de ser no perezosa, sino alegre y con entusiasmo especial. Entonces trasmitirás tu emisión en la ola de la suerte. Los péndulos te crearán problemas con el fin de desequilibrarte y obtener energía negativa.
Al reaccionar en negativo, quiebras el ritmo del péndulo y lo dejas sin nada. Juega a ese juego, es muy atractivo.

Cómo librarse del sentimiento de culpa. Dejar de justificarse. Como ya he dicho, eres tú mismo quien no te deja marchar del salón de audiencia. Tú mismo intervienes como acusador, abogado y acusado, y los manipuladores se aprovechan de todo eso.
Abandona la sala de audiencia; nadie puede retenerte. Los que de costumbre se han reunido allí para escuchar el proceso de acusación, permanecerán sentados un rato y se marcharán, puesto que no habrá ningún acusado. Así, poco a poco, tu «caso» se cancelará. De ningún otro modo conseguirás deshacerte del sentimiento de culpa.

Como vencer el resentimiento e indignación. No los tendrás si te libras del sentimiento de culpa y aceptas tu significación. Pon fin a tu batalla y muévete según la corriente.
Pero puede suceder que, al moverte según la corriente, sientas, al mismo tiempo, que alguien te agarra e intenta arrastrarte en contra. ¿Cómo proceder en este caso?
Por ejemplo, si sabes hacer algo, significa que eres capaz de encontrar decisiones.
Pero hay gente que sólo es capaz de encontrar problemas. Ellos buscan problemas y, con aire triunfal, los presentan como si fueran méritos. Tal gente está sinceramente convencida de que los otros como respuesta están obligados a facilitarles las decisiones.
Pues bien, si tú comienzas a buscar soluciones, se acumula un montón de holgazanes a tu alrededor. Unos te critican, otros buscan afanosamente nuevos problemas, un tercero te aconseja y un cuarto te manda y exige. Por mucho que te esfuerces intentando moverte según la corriente, ellos hacen todo lo posible por interponerse en tu camino. Es natural que eso te provoque resentimiento e indignación.

¿Qué hacer, entonces, si no puedes vencer el resentimiento ni la indignación?
Simplemente necesitas permitirte esa debilidad. Sería peor que empezaras a atribuir excesivo significado a la necesidad misma de mantener la importancia a cero. Y ¿para quién trabajas? ¿Para algún fulano? En tal caso tendrás que sentir resentimiento e indignación, constante e inevitablemente. Sal al camino de tu objetivo; así, a la larga, aunque vayas a trabajar, lo harás sólo por tu cuenta.
Pero hasta entonces permítete de vez en cuando desatarte y crear potenciales excesivos. No te obligues a ganar siempre.
Pues bien, en vez de luchar contra los potenciales excesivos, es imprescindible actuar dentro de los marcos de la intención purificada. Y la intención se purifica en el proceso del movimiento. Como puedes ver, la determinación de tener no se logra sólo con ejercicios especulativos, sino con determinadas acciones. Comienza, aunque sea de cualquier modo, a mover los pies en dirección a tu objetivo.
Tus acciones adquirirán eficacia en el proceso de movimiento.

La determinación de tener pasa por tres etapas.
  • La primera etapa es cohibición, producida por una situación insólita. Es posible que todo eso sea para mí?» Cuando proyectas la diapositiva del objetivo en la mente, no logras acostumbrarte del todo a la idea de que eso es posible. 
  • La segunda etapa es euforia, parecida a la sensación del estado de ingravidez. En algún momento sentirás que tu cohibición ha desaparecido, has aceptado el objetivo dentro de la zona de tu confort y has experimentado euforia, puesto que el objetivo, de repente, te ha parecido completamente real. La sensación de ingravidez también tiene una base muy real. Es energía de la intención que queda libre de los potenciales excesivos. Es precisamente esa energía lo que sientes.
  • Y finalmente, con el tiempo, la determinación de tener pasa a la tercera etapa: lo habitual.                    En tus pensamientos proyectas constantemente la diapositiva del objetivo, te compenetras con ella, y todo lo que tienes en la diapositiva poco a poco se convierte en algo habitual para ti. La diapositiva se mantiene en la película de la importancia.

Mientras deseas, dudas o piensas en los medios, la determinación de tener se mantiene sobre una base inestable. Tan pronto como la importancia se disuelve, la determinación de tener cobra fuerza. Lo esencial aquí es no perder la determinación de actuar, es decir, la intención de mover los pies en dirección al objetivo. Si has pasado por las tres etapas, estás en el camino correcto.

Y, para terminar, ¿cómo no doblarse bajo el peso de los problemas? En cualquier caso siempre hay algo que nos deprime en algún grado. Es muy difícil renunciar sin más a cualquier importancia. En este caso el Transurfing tiene un método bastante interesante y muy potente: la coordinación de la intención.


Liberación.
Adelante al Pasado. Reality Transurfing 3 
Autor: Vadim Zeland

Texto en Audio:

Cómo elegir tu ropa.







El problema es que un objetivo falso, a pesar de todo su atractivo, no te da nada, salvo decepción. Al obsesionarte con un objetivo falso no conseguirás nada y tus esfuerzos consumidos sólo servirán para alimentar los péndulos o, cuando consigas el objetivo, te convencerás de que no lo necesitabas en absoluto. ¿Crees que merece la pena desperdiciar la única posibilidad que nos brinda la vida y perder el tiempo valioso en corregir errores? A pesar de que la vida parece ser muy larga, se nos va muy de prisa, sin que nos demos cuenta. Por ende necesitas aprender a encontrar los objetivos propiamente tuyos, que te traerán suerte a ti en particular.

No me gustaría empezar este capítulo con la teoría. Supongo que ya te has cansado de complejas argumentaciones teóricas. En la medida de lo posible, he intentado aligerar la prolijidad de lo expuesto, pero temo que no siempre he logrado hacerlo. Qué le vas a hacer, estamos tratando cuestiones poco ordinarias y las conclusiones son aún más desconcertantes. Tu mente nunca habría tomado en serio las ideas del Transurfing, si yo no hubiera presentado alguna argumentación. Pero lo más difícil se nos quedó atrás, por lo que empezaré este capítulo con las cuestiones prácticas.

La búsqueda de ropa es el ejemplo más simple y convincente que hay y, al mismo tiempo, puede servirte de entrenamiento para tu capacidad de determinar tus propios objetivos. Recuerda aquellos casos en que compraste una prenda que te pareció apropiada a primera vista, pero luego dejó de gustarte, o no te quedaba bien, o tenía algún defecto. Pero otras veces suele ocurrir que apenas ves una prenda, la compras enseguida sin dudarlo, y hasta hoy sigue gustándote. La diferencia entre estas prendas está en que la primera es ajena y la segunda es tuya.

La primera prenda, la que te ha parecido atractiva, estaba destinada a otra persona.
Puede que se la vieras puesta a un conocido o a un maniquí. Si una prenda les va bien a los demás, no significa que a ti te quede igual de bien. Y eso no es un defecto corporal, sino su cualidad. No es muy bueno ser un maniquí al que todo le queda bien. Lo que más efecto causa no es la belleza generalmente aceptada, sino la individualidad bien acentuada.

Sé que todo esto lo sabes ya y no necesitas que te lo digan otra vez. Pero pierdes mucho tiempo yendo de tienda en tienda sufriendo sin saber qué comprar. Conocer modelos de ropa, tener sentido de la moda y hasta buen gusto para vestir no te sirven de nada. Incluso después de una larga búsqueda, de igual modo, no quedas del todo satisfecho con la prenda adquirida. Para encontrar siempre exactamente lo que necesitas, es imprescindible que aprendas a distinguir lo tuyo de lo ajeno (lo que está ideado para otros). ¿Y cómo se hace? ¡No vas a creer de lo simple que es!

En primer lugar, nunca te atormentes con el problema de la elección. Es evidente que de esta manera se altera el equilibrio. Cuanto más te esfuerces al respecto, peor será el resultado. No tienes que mirar atentamente las cosas y analizar sus méritos y faltas. La mente no debe participar en la elección, porque la mente y sus pensamientos no son tú, sino que son la capa que ha dejado la influencia de los péndulos. Limítate a pasear y mira alrededor como si estuvieras en una exposición, sin pensar en nada.

Para empezar, aclárate a grandes rasgos qué es lo que te gustaría comprar. No hace falta que imagines todo en detalle. La única descripción debe ser el tipo de ropa.
Por ejemplo, si necesitas un abrigo, simplemente proponte como objetivo elegir un abrigo, y sólo eso, nada de otras condiciones sobrantes. Deja que tu alma elija las cosas, pues está mucho más próxima a lo que tú eres en realidad. Ella no dejará escapar ni un mínimo detalle y te indicará, sin falta y a tiempo, la prenda correcta. Lo sabrás enseguida, en cuanto entre la multitud de ropa veas, o más bien sientas, aquella que te inspira una simpatía especial.

Enfatizaré de nuevo: no tienes que analizar por qué esta prenda en concreto ha llamado tu atención. Simplemente te gusta y nada más, de ella puedes decir: «Es lo que necesito». La comprarás sin vacilar.
Incluso si llevas mucho tiempo buscando y no puedes encontrar nada, no dudes: tu prenda está en alguna de las tiendas. Si no en tercera, la tendrán en la décima. Tu prenda te espera pacientemente, por tanto, ten tú también un poco de paciencia, no te tortures con las dudas y no te hagas reproches. Y para que tengas plena confianza en hallar lo que buscas, te revelaré un secreto sobre cómo diferenciar entre lo de otros y lo tuyo. Es un modo tan simple como seguro.

Como ya te he dicho, mientras eliges no tienes que pensar en los defectos y méritos de las cosas. He aquí que llega el momento de decir tu «sí» o «no» al vendedor. En este momento estás durmiendo muy profundamente, aun si te parece que no es así. El sueño es más profundo sobre todo si en ese instante el vendedor o un amigo tuyo te hablan de esta prenda en concreto.
Mientras tú tomas la decisión, sólo tu mente trabaja. Ella analiza los defectos y méritos, organizando su concepción de manera que sea razonable y convincente y, al mismo tiempo, presta oídos a las opiniones de los demás. La mente está tan absorbida por este proceso que no presta ninguna atención a los sentimientos del alma. En este sentido la mente duerme profundamente.

Que siga así; déjala en paz hasta que haya tomado la decisión. He aquí que la decisión está tomada. En este momento no escuches a nadie, despiértate y cobra conciencia: ¿qué sentimientos has experimentado una vez tomada la decisión? El estado de confort del alma te indicará la reacción de tu alma respecto a la decisión de la mente.
Como sabes, el estado de confort del alma no es capaz de dar una respuesta unívoca.

El alma no siempre sabe exactamente qué es lo que quiere y también puede vacilar.
Si una prenda te gustó a primera vista y te percataste enseguida, significa que el alma dijo «sí». Pero después se incorpora la mente y empieza a analizar y justificar la elección. Si como resultado del análisis la mente también dijo que sí, significa que esta prenda es tuya. Pero si has decidido comprar la prenda, no porque te haya gustado a primera vista, sino porque te resulta oportuno comprarla, en este caso tendrás que prestar especial atención a cualquier mínima incomodidad del alma. El alma siempre sabe a la perfección qué es lo que no quiere.

Si vacilas, si en esta prenda hay siquiera algo que despierte en ti una ligera inquietud o incomodidad, si tienes una sombra de duda u opresión, significa que esta cosa es ajena. La mente intentará persuadirte y describir de manera pintoresca todos los méritos de esa prenda. Si te pillas a ti mismo persuadiéndote, si intentas convencerte de que el corte de esa prenda te queda bien y es de tu talla, puedes dejarla ahí mismo y sin lástima, pues eso no es para ti.

El criterio unívoco de la elección consiste en una simple frase: si debes convencerte, significa que la prenda es ajena. Recuerda, si la cosa es tuya, no tendrás que estar convenciéndote.

Y para terminar, ¿merece la pena prestar oídos a los opiniones de los demás a la hora de elegir? Yo creo que no. Salvo tú mismo, nadie podrá elegir precisamente lo tuyo. Si la prenda te ha gustado incondicionalmente, puedes estar absolutamente seguro de que a los demás les fascinará vértela puesta.

Sobre los precios, sólo puedo decirte que no necesariamente tu prenda estará en las tiendas caras. Aunque si es así, el Transurfing te ayudará eliminar de tu vida el problema del dinero. Si defines tu objetivo y procuras alcanzar ese objetivo, y no el dinero, entonces el dinero viene por sí mismo y, además, en exceso.

Como estás viendo, el proceso de elección abarca todos los principios básicos del Transurfing. Paseas por una tienda como si fuera una exposición, simplemente observas y no te propones encontrar obligatoriamente algo. De esta manera renuncias al deseo de lograr el objetivo. Estás tranquilo y consciente de que tu prenda te espera en algún sitio y sabes perfectamente cómo distinguirla de una ajena. De este modo la importancia está en el nivel mínimo. Despiertas inmediatamente después de haber tomado la decisión y te das cuenta de todo el proceso. Así resulta que actúas conscientemente y tú mismo determinas el guión del juego. Al tomar la decisión definitiva, confía en el estado de confort del alma. Y no te equivocarás, porque en este inestable mundo existe un gran apoyo: la unidad del alma y la mente. Y finalmente, te facilitarás mucho el asunto si confías en la corriente de las variantes en vez de ocuparte de plantear severamente las cosas, comprometerte e insistir obstinadamente en lo tuyo.

La vida es una fiesta alegre, si uno se lo permite. Tranquilamente y sin insistir, toma lo tuyo.
Pues ya está: ahora posees una técnica simple, pero potente. Puedes ir tranquilamente de tiendas; aun si este día no compraste nada, significa que te has protegido de una cosa ajena. Estarás tranquilo y seguro de ti mismo, porque sabes que lo tuyo está en algún lugar esperándote. Sin duda alguna, lo encontrarás. Lo importante es que no olvides despertarte y cobrar conciencia de tus sensaciones antes de responder un «sí» o un «no».

En el caso de que elijas ropa para otra persona, por ejemplo, para tu hijo, esta técnica no funciona. Para ser más exacto, funciona, pero no con tanta precisión. Tu alma no puede elegir una prenda destinada a otro. Por tanto, sólo queda guiarse por consideraciones prácticas. Pero al mismo tiempo, deja al niño la posibilidad de elegir la prenda por su propia cuenta. Los niños, a diferencia de los adultos, son capaces de encontrar sus cosas.


Por supuesto, esta técnica es aplicable no sólo para buscar ropa, sino también en cualquier otro caso, cuando tienes que elegir algo para ti. Y me gustaría mucho confiar en que este libro que tienes entre las manos es tuyo.

CAPÍTULO IV - OBJETIVOS Y PUERTAS...
Cómo elegir tu ropa.
"El susurro de las estrellas de madrugada"
VOLUMEN II
Vadim Zeland

Intención exterior


La intención es la simultaneidad del deseo y la acción. Todos conocemos la sensación de la intención de hacer algo por los esfuerzos propios: es la intención interior. Más difícil es propagar la acción de la intención al mundo exterior.

Eso es la intención exterior. Con su ayuda podrás regir el mundo. Para ser más exacto, serás capaz de elegir el modo en el que quieres que se comporte el mundo circundante, definir el guión y los decorados.

La idea de la intención exterior está inseparablemente relacionada con el modelo de las variantes. Normalmente se atribuye a la magia o los fenómenos paranormales aquellas manipulaciones del tiempo, espacio y materia que no admiten ninguna explicación lógica. Pues precisamente estos fenómenos nos demuestran el funcionamiento de la intención exterior: la intención exterior está dirigida al proceso de elección de la línea de la vida en el espacio de las variantes.

La intención interior no es capaz de convertir un manzano, al que contemplas paseando por un sendero, en un peral. La intención exterior tampoco convierte una cosa en otra, sino que en el espacio de las variantes elige un sendero con el peral en vez de manzano y efectúa la transición. De esta manera, un manzano es sustituido por el peral. Al manzano mismo no le ocurre nada, simplemente se hace un remplazo: la realización material se traslada en el espacio de las variantes de una línea a otra.

Ninguna fuerza tiene capacidades mágicas para convertir realmente un objeto en otro: es lo que pretende la intención interior, pero sus capacidades son muy limitadas.
Si intentaras mover mentalmente el lápiz por la mesa, no resultará. Pero si tienes la firme intención de imaginar que se mueve, tal vez logres hacerlo. Supongamos que conseguiste mover el lápiz de su sitio (al menos, las personas con dotes extrasensoriales obtienen algunos resultados). Lo que voy a decirte a continuación puede que te parezca un tanto terrible y extraño. ¡En realidad el lápiz no se mueve! Y, al mismo tiempo, no es una ilusión. En el primer caso intentas mover el lápiz con la energía de tus pensamientos. Esa energía no es suficiente para trasferir un objeto material. En segundo caso te deslizas por las líneas de la vida en las que el lápiz tiene diferentes posiciones. ¿Notas la diferencia?

He aquí un lápiz sobre la mesa. Con la fuerza de la intención imaginas que el lápiz empieza a moverse. Tu intención escanea los sectores del espacio en los que el lápiz ocupa cada vez una posición nueva. Si la emisión mental tiene suficiente fuerza, el lápiz se materializa sucesivamente en los puntos nuevos del espacio real. Con eso se mueve sólo «la capa del lápiz» aislada, mientras que las demás capas, entre las cuales está la capa del observador, se quedan inmóviles. No es el objeto mismo el que se mueve, sino que se mueve su realización en el espacio de las variantes.

No es de extrañar que a ti no te resulte nada. Casi todas las personas tienen muy mal desarrolladas semejantes capacidades. Ni siquiera se trata de tu energética débil, sino que resulta muy difícil creer en esa posibilidad y, por tanto, despertar en sí la intención exterior pura. Personas dotadas con capacidades telequinéticas no mueven objetos. Ellos tienen la capacidad única dirigir su energía con la fuerza de la intención para mover la realización material en el espacio de las variantes.

Todo lo que está relacionado con la intención exterior solemos considerarlo como mística, magia o, en mejor de los casos, fenómenos inexplicables, cuyos testimonios se guardan con éxito en estanterías cubiertas de polvo. La concepción del mundo común rechaza terminantemente semejantes cosas. Lo irracional siempre provoca un peculiar miedo. Semejante miedo y entumecimiento es lo que experimentan las personas al encontrarse con los ovnis. Un fenómeno inexplicable está tan lejos de la realidad habitual que no queremos siquiera creer en su existencia. Y, al mismo tiempo, todos esos fenómenos tienen una audacia tan desconcertante de ser reales que despiertan terror.

La intención exterior es precisamente aquel caso de «Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma». ¿Y tú qué has pensado, que es una simple broma? El trabajo de la intención exterior no tiene por qué estar necesariamenteacompañado por los fenómenos paranormales. En la vida cotidiana nos encontramos constantemente con los resultados de actitud de la intención exterior. En particular, nuestros recelos y peores temores se realizan precisamente por la intención exterior.

Pero como en este caso la intención trabaja independientemente de nuestra voluntad, no somos conscientes de cómo ocurre todo. Manejar la intención exterior es mucho más difícil que manejar la interior.
Imagínate que desembarcas en una isla y te encuentras con hombres salvajes.
Ahora tu vida depende de tu comportamiento. La variante primera: eres la víctima. Te disculpas, los obsequias con regalos, te defiendes justificándote, coqueteas con ellos.
En este caso tu destino es ser comido. La variante segunda: eres el conquistador.
Revelas la agresividad, atacas, intentas someter a los salvajes a tu voluntad. Tu destino es vencer o morir. La variante tercera: te ofreces como el amo, gobernador.
Tiendes tu dedo como un todopoderoso y todo el mundo te obedece. Si no tienes ninguna duda sobre tu propio poderío, los demás también pensarán que la cosa no puede ser de otra manera. Tu emisión mental está sintonizada con las líneas de la vida donde eres el gobernante.

Las dos primeras variantes corresponden al funcionamiento de la intención interior, la tercera variante nos demuestra el trabajo de la exterior. La intención exterior simplemente elige la variante necesaria.
La mosca, que se golpea contra el cristal al lado de un postigo abierto, tiene la intención interior. ¿Qué crees que será la intención exterior para ella? Sin querer surge la respuesta: salir volando por el postigo; sin embargo, no es así. Si se aleja volando hacia atrás y mira alrededor, podrá ver una ventana cerrada y un postigo abierto. Para la mosca eso será simplemente una visión de la realidad más ampliada. La intención exterior en su estado puro abre delante de la mosca toda la ventana.

La intención interior corresponde a cualquier intento de influir sobre el mundo circundante en una misma línea. Todo, lo que sea posible dentro de los márgenes de un sector separado del espacio de las variantes, está descrito por las conocidas leyes de las ciencias naturales y cabe en los marcos de la ideología material. La intención exterior concierne a los intentos de elegir una línea de la vida donde lo deseado se realiza.

Ahora debes comprender que volar atravesando la ventana cerrada es la intención interior. En cuanto a la intención exterior, es pasar a la línea de la vida donde la ventana se abre. Puedes aplicar enormes esfuerzos para mover el lápiz con la fuerza mental.
Pero también puedes, con sólo una intención exterior, escanear el espacio de las variantes con diferentes posiciones del lápiz.
Supongamos que estás seguro de que no podrás encontrar un sitio en el aparcamiento del supermercado en víspera de Navidad. La intención interior afirma: de dónde quieres que aparezca una plaza, si todo el mundo está de compras. Mientras que la intención exterior admite con toda evidencia que llegas al supermercado y en ese preciso momento se libera un sitio para ti. No es que la intención exterior crea firme e inquebrantablemente en tal posibilidad, sino que, simplemente, de manera incondicional e impasible toma lo que le pertenece.
La intención exterior es algo nacido de una improvisación como un rayo de luz. Es totalmente inútil prepararse para la intención exterior. Todos los ritos mágicos están orientados para llamar a la intención exterior propiamente dicha. Pero el rito sólo es una preparación para la magia, un preludio teatral, un decorado. Imagínate que sueñas con bajar volando desde el acantilado y, para no caer, debes llamar a la intención para quedarte suspendido en el aire. No hay tiempo para prepararte y decir conjuros. Nada más proponte a volar y volarás.

Encantamientos y conjuros mágicos sólo ayudan a despertar aquella fuerza que posee cada uno, pero que no es capaz de usar.
Desgraciadamente el hombre moderno ha perdido casi por completo la capacidad de manejar la intención exterior. Hasta se las ingenió para olvidar definitivamente que alguna vez la poseyó. Sólo en antiguas leyendas se menciona vagamente alguna información sobre el hecho. Hoy en día incluso es inútil molestarse en intentar demostrar que las pirámides egipcias y otras construcciones semejantes fueron edificadas con ayuda de la intención exterior. Será aceptada cualquier hipótesis menos ésa. Me parece que a los constructores de las pirámides les resultaría muy gracioso saber que sus descendientes, al considerar a sus antiguos predecesores como civilización atrasada, echarían los hígados intentando resolver su enigma sólo dentro de los límites de la intención interior.

Pero la gente todavía no está privada del todo de la intención exterior. Simplemente está bloqueada muy fijamente. Todo lo que por costumbre consideramos como magia, no es otra cosa sino intentos de trabajar con la intención exterior. Hace cientos de años los alquimistas intentaban encontrar sin mucho éxito la piedra filosofal que convierte cualquier objeto en oro. Multitud de libros confusos y complicados de entender están dedicados a la alquimia. Pero en realidad, como dice la leyenda, el secreto de la piedra filosofal cabe en unas cuantas líneas, esculpidas en una lámina de esmeralda, llamada la tabla de esmeralda. Pero, ¿para qué existen tantos libros? Probablemente para comprender esas pocas líneas.

Tal vez hayas escuchado hablar sobre el Santo Grial. Muchos andaban a la caza de él, incluso los representantes del Tercer Reich (el III Imperio alemán). Constantemente circulan leyendas sobre semejantes atributos que supuestamente otorgan la fuerza y el poder ilimitados. Qué error tan ingenuo. Ningún objeto es capaz de dar fuerza. Los fetiches, conjuros e otras cositas mágicas por sí mismos no tienen ninguna fuerza. La fuerza está en la intención exterior de las personas que las utilizan. Los atributos sólo en cierto grado ayudan a la subconsciencia a encender los gérmenes de la intención exterior adormilados y poco desarrollados. La fe en la fuerza mágica de los atributos crea el impulso que despierta la intención exterior.

Las civilizaciones antiguas llegaron a tal perfección que prescindían de cualquier rito mágico. Naturalmente, tal poder creaba un potencial excesivo fortísimo. Por ende las civilizaciones, como la de la Atlántida, que descubrían los secretos de la intención exterior, de vez en cuando se aniquilaban por las fuerzas equiponderantes. Los vestigios del conocimiento oculto llegaron hasta nosotros como prácticas mágicas, cuyo propósito es reconstruir lo perdido. Sin embargo, sólo son intentos flojos y superficiales que van por el camino equivocado de la intención interior. La esencia de la fuerza y el poder -la intención exterior- sigue siendo un misterio.

“Los péndulos nos indujeron a desarrollar prioritariamente la intención interior y a perder la exterior, puesto que se alimentan de la energía de la intención interior”.

Controlar la intención exterior sólo es posible cumpliendo la condición de estar completamente libre de los péndulos. Podemos decir que en este caso los péndulos alcanzaron la victoria definitiva sobre el ser humano.
Pues bien, hemos averiguado que la naturaleza de la energía mental orientada a alcanzar el objetivo se revela en tres formas: el deseo, la intención interior y la intención exterior.

El deseo es la concentración de la atención en el objetivo mismo. Como ves, el deseo no tiene ninguna fuerza. Puedes pensar en tu objetivo, desearlo el tiempo que quieras, pero nada cambiará por eso. La intención interior es la concentración de la atención en el proceso de obtención del objetivo. Es lo que funciona ya, pero requiere muchos esfuerzos.

 La intención exterior es la concentración de atención en cómo el objetivo se realiza por sí mismo. La intención exterior simplemente permite al objetivo realizarse por sí solo. Eso implica tu firme convicción de que la variante de realización del objetivo ya existe, sólo te queda elegirla.

Con la intención interior el objetivo se alcanza, mientras que con la exterior, se elige.
La intención interior podemos caracterizarla con la siguiente fórmula: «Yo insisto en que...». La intención exterior sigue una regla totalmente distinta: «Las circunstancias son así que...» o «Resulta así que...». La diferencia es enorme. En primer caso actúas activamente sobre el mundo de manera que se someta a tu voluntad. En segundo caso ocupas la postura de un observador imparcial y todo sucede según tu voluntad, pero como si ocurriera por sí mismo. Tú no cambias nada, sino que eliges. La capacidad de volar en el sueño ocurre precisamente según la fórmula: «Resulta así que estoy volando», y no: «Insisto en que yo vuelo».

  • La intención interior trata de conseguir el objetivo a campo traviesa, sin rodeos.
  • La intención exterior está dirigida al proceso de realización independiente del objetivo.
  • La intención exterior no tiene prisa en alcanzar el objetivo: lo tiene ya en su bolsillo. El hecho que el objetivo será alcanzado no se pone en absoluto en duda y no se discute.
  • La intención exterior a sangre fría, inflexible, impasible e inevitablemente mueve el objetivo hacia su realización.


Para distinguir dónde trabaja tu intención interior y dónde la exterior, utiliza comparaciones bilaterales, algo así como: intentas obtener algo de este mundo —él mismo te da lo que quieras; luchas por tu lugar bajo el sol - el mundo te abre sus brazos; estás forzando la puerta cerrada — la puerta por sí sola se abre de par en par delante de ti; intentas atravesar la pared — la pared se abre delante de ti; intentas llamar a tu vida ciertos acontecimientos — éstos vienen a tu vida por sí solos. Hablando en general, con la intención interior intentas mover tu realización respecto al espacio de las variantes; mientras que la intención exterior mueve el espacio de las variantes mismo de tal modo que tu realización aparece en el sitio adecuado. ¿Comprendes cuál es la diferencia? El resultado es el mismo, pero las vías para conseguirlo son totalmente distintas.

Si tus acciones pueden describirse con la segunda parte de esas comparaciones, quiere decir que has atrapado la intención exterior. Al luchar, intentas empujar por fuerza tu realización en el espacio de las variantes; en cambio, cuando eliges, el espacio mismo va a tu encuentro. Por supuesto, el espacio de las variantes por su propia iniciativa no va a moverse respecto a tu realización. Para eso tendrías que emprender ciertas acciones. Sin embargo, esas acciones se encuentran fuera de los límites de las ideas universalmente admitidas y a las que estamos acostumbrados. A lo largo de todo el libro voy a facilitarte ejemplos de la diferencia en los enfoques de la intención interior y la intención exterior. La intención exterior es la piedra angular del Transurfing que oculta la clave de la Adivinanza del Celador, es decir, la razón por la que no hay que luchar contra ese mundo sino simplemente elegir lo que uno quiere.

Para la intención exterior no hay nada imposible. También en la vida real puedes volar o, digamos, andar sobre el agua, si tienes la intención exterior de Jesucristo. Con eso las leyes físicas no se perturban de ninguna manera. La cosa está en que las leyes físicas funcionan en un sector determinado de la realización material. La actividad de intención exterior se revela en su movimiento a través de diferentes sectores del espacio de las variantes. Es imposible volar en los límites de un sector realizado. Para ello necesitarás contrarrestar la atracción terrestre, y eso es el trabajo de la intención interior que requiere gastos de energía para superar la fuerza de gravedad. Un vuelo libre, tanto en el sueño como en la realidad, no es tu movimiento real en el espacio material, sino es más bien es el cambio de la ubicación de tu realización. En otras
palabras, el cuerpo se materializa sucesivamente en nuevos puntos del espacio físico.

También se puede decir que no eres tú quien vuela a través del espacio, sino que el espacio se mueve respecto a ti según la elección de tu intención exterior.

Lo más probable es que eso no sea del todo correcto, pero no vayamos a profundizar en la teoría de relatividad. Sólo podemos intuir cómo en realidad sucede todo.

Para poder volar has de tener una fe incondicional en que puedes hacerlo. ¿Por qué crees que Jesucristo dijo de una forma tan rotunda y simple: «Tendrás según tu fe»?
Porque no somos capaces de obtener o hacer nada sin tener la intención. Y sin intención no hay fe. No podríamos dar siquiera un paso si no tuviéramos fe en que es posible. No obstante, resulta imposible convencer a la mente, al menos en su estado habitual, que así como en el sueño, somos capaces de volar en la realidad. Algunos yoguis de la India, mientras meditan, logran elevar sus cuerpos sobre el suelo.
(Personalmente yo desconozco otras manifestaciones de levitación fidedignas.) Quizá su intención les llegue sólo para sintonizarse con el movimiento de las variantes en las que el cuerpo queda suspendido en el aire. Teniendo en cuenta las enormes posibilidades de los yoguis en comparación con las de la gente corriente, puedes imaginar qué difícil es someter la intención exterior a tu voluntad.

En el sueño la mente dormida todavía es capaz de admitir la posibilidad de volar, pero al estar consciente le es algo inconcebible, por mucho que intentes convencerte de lo contrario. Ha de haber no solamente fe, sino conocimiento. La fe implica la probabilidad de dudas. Donde hay fe, también hay lugar para incertidumbre. Pero el conocimiento excluye cualquier duda. No dudas que la manzana que has tirado caiga al suelo, ¿verdad? Tú no crees en eso, sino que lo sabes. La intención exterior pura está libre de dudas, por lo tanto también de fe. Si para volar en el sueño basta sólo con una alusión a la intención exterior, en el mundo de la realización material inerte la intención debe ser absolutamente pura. Pero que no te apesadumbre la imposibilidad de obtener la intención pura. Para realizar tu objetivo bastará con una intención de la «segunda calidad». Sólo necesitarás un cierto tiempo para que la realización inerte se
«desenrolle».

En el contexto de la intención exterior surge una pregunta interesante: ¿qué es la hipnosis? Me resulta difícil decir con exactitud si es el resultado de trabajo de la intención interior o exterior. La cantidad de energía mental es evidentemente escasa para mover los objetivos, incluso los más ligeros, con la fuerza de la intención interior.
Sin embargo, esa energía es completamente suficiente para traspasar diferentes sugestiones de una persona a otra. En algunas personas podemos observar la capacidad claramente marcada de dirigir un flujo energético bastante potente. Si ese flujo se modela con determinados pensamientos, es capaz de producir el efecto de sugestión en la persona a la que está dirigido. Espero que no pienses que el hipnotizador se maneja sólo con una mirada magnética o pases libres de las manos. Además, para influir energéticamente no siempre es imprescindible tener un contacto visual o verbal.

Sin embargo, que yo sepa, la hipnosis tiene efecto generalmente en distancias cortas. Así, sería natural suponer que la hipnosis es el resultado de trasmisión de energía mental con ayuda de la intención interior. En aquellos casos en los que la hipnosis funciona a largas distancias, la intención exterior, sin lugar a duda, juega un papel importante, a menos que esté involucrado cualquier otro mecanismo.

Para sentir la intención exterior, es imprescindible escaparse del lecho de Procusto de ideas y sensaciones acostumbradas. La mente existe dentro de los reducidos límites de la concepción tradicional. Es muy difícil escaparse fuera de esos límites, porque a su vez, sólo con la intención exterior es posible realizar tal escapada. La mente no cederá sus posiciones así, sin más. Resulta ser un círculo cerrado: para alcanzar la intención exterior se necesita tener la intención exterior misma. En eso consiste toda la dificultad.

Temo decepcionar a algunos lectores al decir que no conozco ningún ejercicio para desarrollar la intención exterior. El propósito de tales ejercicios tal vez pudiera llamarse algo como: «tener la intención de hacerse con la intención». La única posibilidad de comprender con más profundidad la naturaleza de la intención exterior es practicar los sueños lúcidos. En la vida real, en vez de ejercicios, puedo ofrecerte que practiques la vida lúcida. Lo que no significa entrenarse, sino vivir directamente mediante la intención exterior. La realidad se distingue del sueño sólo por la inercia de la realización material en el espacio de las variantes. Todo lo demás es lo mismo.

Puedes preguntar: ¿si no somos capaces de manejar la intención exterior, entonces con qué podemos contar? Desde luego, es poco probable que seas capaz de mover los bloques de muchas toneladas. Pero con el tiempo, es posible superar la inercia del mundo material. El camino normal y corriente para obtener los objetivos se basa en la intención interior. La esencia del Transurfing consiste en algo contrario: renunciar a la intención interior y utilizar la exterior.

Es difícil trazar una línea de demarcación donde se acabe la intención interior y empiece la exterior. La intención interior se convierte en la exterior cuando la conciencia se une, se concuerda, se funde con el subconsciente. Esa línea es muy imperceptible.
La sensación surgida se parece a la caída libre o a la sensación que tuviste cuando por primera vez lograste montar en bicicleta sin caerte. Pero esa sensación se explica mejor con la sensación de volar en el sueño, cuando te elevas intencionadamente al aire.
La conciencia está unida y totalmente concordada con el subconsciente en un determinado segmento limitado. Te resulta fácil mover los dedos de las manos, un poco más difícil mover los dedos de los pies, más difícil las orejas, y casi imposible mover tus órganos interiores. La intención exterior está desarrollada aún menos.

Concordar la conciencia y el subconsciente en la intención de despegarse de la tierra y volar es tan difícil que se considera una tarea prácticamente imposible.
Nosotros proponemos objetivos más prosaicos. La levitación es la revelación superior de la intención exterior pura. Pero la fuerza de la intención exterior es tan grande que incluso una ínfima cantidad es suficiente para obtener resultados considerables. En la vida cotidiana la intención exterior actúa independientemente de nuestra voluntad y a menudo nos está perjudicando. Ese efecto perjudicial puede manifestarse, por ejemplo, como realización de nuestros peores temores. Hemos discutido ya las situaciones en las que el hombre obtiene lo que no quiere.

Por un lado te persigue lo que recelas, odias, de lo que quieres escapar. Así sucede porque la
emisión mental sintonizada a los hechos indeseables, te traslada al sector en el que tiene lugar precisamente este hecho. Pero, por el otro lado, no te propones tener lo indeseado, ¿verdad? ¿Dónde está en este caso el trabajo de la intención?

La intención interior está orientada a evitar lo indeseado. Todo lo que te preocupa, te inspira temor y animadversión, te toca en lo vivo. Lo quieres evitar con toda el alma. La mente teme — el alma recela más todavía; la mente siente animadversión — el alma tampoco está en contra de sentir lo mismo; la mente odia — el alma odia aún más. El alma y la mente son totalmente unánimes. La intención exterior se despierta justamente en el momento en el que tu conciencia y el subconsciente se sintonizan entre sí. Lo único que, en este caso, la intención exterior no está orientada hacia donde tú lo necesitas. Aunque no sería del todo correcto hablar de la orientación de la intención exterior. Si la intención interior tiene la orientación exacta: evitar lo indeseado; la intención exterior no indica la dirección, sino, más bien, luz verde para que se realice aquelo en lo que están sintonizados el alma y la mente. Y éstos coinciden sólo en una
cosa: la valoración del acontecimiento. No importa si el acontecimiento es deseado o no. La intención exterior ve la unidad del alma y la mente y solamente elige el sector correspondiente en el espacio de las variantes.

Por desgracia, en la vida el alma y la mente se unen con más frecuencia para rechazar algo.

Por ende la realización de nuestros peores temores es la ilustración más característica del trabajo de la intención exterior. La gente, como norma general, tiene una idea muy confusa de lo que desea con toda el alma, pero sabe muy bien qué es lo que quiere evitar. Para someter la intención exterior a tu voluntad, es necesario conseguir el acuerdo entre el alma y la mente en las aspiraciones positivas, y excluir todos los pensamientos negativos. Ya sabes qué perjudicial para la vida puede resultar nuestra predisposición para lo negativo. Al expresar el disgusto y el rechazo, te expones a la acción de las fuerzas equiponderantes, caes en la dependencia de los
péndulos destructivos y orientas tu emisión mental hacia los sectores negativos del espacio de las variantes. La intención exterior formada por lo negativo, plasma lo negativo en tu vida real.
De este modo, la intención exterior puede actuar a pesar de nuestra voluntad. Es difícil dominar esa fuerza, pero puedes hacerla trabajar para ti.

Nos dedicaremos precisamente a resolver este problema en particular. Hemos aclarado ya cómo se debe obrar para que la intención exterior no nos perjudique con su actitud: no creando potenciales de importancia y rechazando la negatividad. Sólo nos queda comprender qué hay que hacer para que la intención exterior sirva a nuestro objetivo marcado. No es tan fácil como frotar la lámpara maravillosa de Aladino, pero aun así existen métodos que ayudan a poner en marcha el mecanismo de la intención exterior.

Quizás la mayor parte de la información arriba expuesta sigue siendo poco clara para ti. Es realmente un tema difícil de comprender, pues es imposible describir la intención exterior con palabras. Sin embargo, la situación se te aclarará en breve. No tengo ganas de embrollar el asunto para intrigarte, como lo hacen, encantados, los adeptos de algunas escuelas y corrientes espirituales. Todo lo que necesitas saber lo encontrarás en este libro. Todo lo que necesitas saber hacer, lo obtendrás de tu experiencia si aplicas los principios del Transurfing en la práctica. Para eso no necesitas ejercicios especiales ni entrenamientos. En el Transurfing no hay nada místico u oculto.

«El conocimiento esotérico», como regla general, está rodeado de alegorías y omisiones. Pero como todos saben, el que piensa claramente expone con claridad. Y si el poseedor del «conocimiento oculto» quiere enseñar que él conoce algo extraordinario, que lo puede confiar supuestamente sólo a su mejor alumno «al oído», mientas que el resto de tiempo se expresa con alegorías y sentencias profundas, lo más probable que ni ese gurú mismo tenga una idea clara de en qué consiste la esencia de su conocimiento.

No vamos a intentar obtener la intención absoluta, capaz de elevar el cuerpo al aire.
Si supiéramos cómo se hace, no tendríamos nada de qué hablar. Existe el espacio de las variantes, existe la posibilidad de elegir: elige tu variante y punto. Nuestra tarea consiste en aprender a alcanzar el objetivo utilizando nuestras propias habilidades. Aun con todas sus limitaciones, el Transurfing presenta un conocimiento capaz de despertar en nosotros las fuerzas que tenemos sin utilizar. Y para eso no hay que agotarse con las meditaciones, entrenamientos, ni con los sueños lúcidos, ni con otros ejercicios místicos con los que uno puede empezar a «andar mal de la azotea». Por supuesto, el modelo de Transurfing parece ser increíble. Es realmente difícil creer en todo eso. Sin embargo, te basta sólo con revisar tu forma habitual de ver el mundo para poder lograr lo que antes te parecía inalcanzable. Y pronto tendrás que persuadirte: es realmente posible hacer que la intención exterior trabaje para ti.

CAPÍTULO I – INTENCIÓN.
Intención exterior.
El susurro de las estrellas de madrugada
VOLUMEN II
Autor: Vadim Zeland


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