La capa del mundo está caracterizada por ciertas condiciones y circunstancias, de las cuales se crea el modo de vida de la persona concreta. Las condiciones vitales son diferentes – cómodas o crueles, favorables o agresivas. Por supuesto, el entorno en que una persona ha nacido juega un importante papel.
Pero después la vida en la mayoría de los casos va dependiendo de la actitud de esa persona hacia si misma y el entorno circundante. La visión del mundo de la gente en una gran medida define los posteriores cambios en su modo de vida. Ese sector del espacio de variaciones es materializado, los escenarios y decorados del cual, corresponden a la dirección y naturaleza de la emisión mental.
Y así, dos factores participan en la formación de una capa dada: en un lado del espejo – la intención interna,
y en el otro – la externa. Con sus acciones directas, la gente puede influir en los objetos del mundo material,
y con sus pensamientos pueden realizar todo lo que aún no existe ahí.
Si una persona está convencida de que todo lo bueno en este mundo está ya vendido, entonces esa persona
encontrará estanterías vacías solamente. Si la persona piensa que para los buenos artículos, tiene que esperar en una larga fila y pagar precios caros, entonces será así. Si sus expectativas son pesimistas y llenas de dudas, se realizarán seguro. Si piensa que encontrará un círculo hostil de gente, sus sensaciones se harán
realidad.
Pero si tiene el inocente pensamiento de que el mundo ha reservado para él todo lo mejor, lo cual,
inexplicablemente, se verificará. Así es como la gente forma la capa de su mundo con sus pensamientos.
Pero en la mayoría de los casos ellos no entienden cómo esto sucede.
La gente se esfuerza para que “todo suceda como ellos quieren”. Tratan de aplicar su simple principio al
mundo: en cualquier dirección que gire, ahí iré; si empujo algo fuerte en un lugar específico, ahí se doblará.
Pero quién sabe por qué, el mundo rehúsa someterse. Algo más: una persona gira hacia un lado, pero el
mundo lleva a esa persona a otro. Uno debería pensar: si realmente se comporta tan inadecuadamente,
entonces se necesita un abordaje diferente. ¿Quizás la realidad se somete a otras leyes? Pero una persona no quiere detenerse, mirar alrededor, y continúa obstinadamente actuando a su manera.
Después de tal “trabajo”, uno obtiene una capa del mundo donde “todo es como yo no quería que fuese”. Al contrario, suceden un montón de cosas “de la manera que yo no quería que fuesen”. Una rara, extraña,
contraria realidad.
A menudo tenemos la sensación como si el mundo deliberadamente se metiera con nosotros. Como si alguna fuerza inexplicable atrajera problema hacia nosotros. Nuestros temores se realizan, nuestras peores
expectativas suceden en la realidad por la que siempre estamos obsesionados, la cual odiamos y tratamos de
evitar.
¿Por qué sucede así?
Desde la teoría del Transurfing es sabido por qué nos sucede “obtener lo que no queremos”, especialmente si esa aversión es apenas contenible. ¿Tienes miedo u odias algo con todo tu corazón? Entonces la intención
externa te dará exactamente eso en exceso.
La energía mental, nacida de la unión de la mente y el alma, convierte la posibilidad en realidad. En otras
palabras, el sector del espacio de variaciones, cuyos parámetros corresponden a la emisión mental, se
materializa, si los sentimientos de tu alma están en unión con los pensamientos de la mente.
Pero esa no es la única razón para la realización de las peores expectativas. Generalmente, una vida sin
problemas es normal. Todo transcurre bien y suavemente, si tú navegas a través de la corriente de escenarios, sin romper el equilibrio. A la naturaleza no le gusta gastar energía y no se esfuerza en crear intrigas.
Las circunstancias y los acontecimientos indeseados ocurren porque los potenciales innecesarios importan
distorsiones en la imagen energética circundante, y las actitudes de dependencia hacen los problemas más
profundos.
Los potenciales innecesarios emergen cuando se atribuye demasiada importancia a algunas cualidades. Las
relaciones de dependencia entre la gente se crean cuando ellos se comparan con los demás, se enfrentan unos a otros y ponen condiciones del tipo: “si tú haces esto, entonces yo haré...”
El potencial innecesario no es alarmante mientras la valoración distorsionada exista por si misma, sin
relación con nada más. Pero cuando la valoración artificialmente inflada de un objeto se coloca en
comparación con otro objeto, ocurre la polarización, lo que da nacimiento al viento de las fuerzas
equilibrantes. Ellas se esfuerzan por eliminar la polarización surgida y en la mayoría de los casos su acción
es dirigida contra el creador de la distorsión.
He aquí unos cuantos ejemplos de potenciales sin una relación: yo te amo; yo me amo a mi mismo; yo te
odio; yo me siento disgustado conmigo mismo; yo soy bueno; tú eres malo. Tales valoraciones no están
basadas en contradicciones.
He aquí ejemplos de potenciales surgidos de relaciones de dependencia: yo te amo si tú me amas; yo me amo a mi mismo porque estoy por encima de ti; tú eres malo porque yo soy mejor; yo no me gusto a mi mismo porque soy el peor de todos; tú eres detestable porque no eres como yo.
La diferencia entre el primer grupo y el segundo es muy significativa. Las valoraciones basadas en la
comparación llevan a la polarización. Las fuerzas equilibrantes eliminan esta no uniformidad haciendo
chocar a los opuestos. Del mismo modo que los lados opuestos de un imán se atraen uno al otro.
Por eso es por lo que los problemas entran en nuestras vidas tan insistentemente y como a propósito. Por
ejemplo, las parejas casadas aparentemente consisten en dos personalidades incompatibles, como si
estuvieran hechas para castigarse uno al otro. En diferentes equipos, habrá siempre al menos una persona que te molestará. Las leyes de Murphy son de la misma naturaleza.
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